¿Por qué tus amistades te dan bienestar emocional?

¿Por qué tus amistades te dan bienestar emocional?

Poder llamar para conversar lo que nos pasó, es uno de los ejercicios más importantes para aprender de nuestras vivencias y descargar las emociones que se generaron en ellas. Nos permite auto escucharnos, hacer un análisis de lo que ocurrió, incluso, puede suceder que, dentro del repaso de los acontecimientos, cambiemos la versión con la idea de alinearla a nuestros valores; mientras hacemos un juicio sobre nuestro actuar, omitimos ciertas partes, o bien, lo decimos francamente y expresamos con dolor la equivocación; puede ser que en ese ejercicio nos dé por sostener nuestras creencias o refutarlas.

Las personas que nos escuchan con atención y sin juzgarnos, son en realidad quienes más nos regalan la oportunidad de analizar lo que estamos diciendo, de hacer las correcciones, expresamos el deseo de que algo ahí hubiera cambiado; sin darnos cuenta, nos estamos preparando para el futuro, en un aprendizaje que nos llenó de satisfacción o nos llevó al fracaso.

Hay quienes eligen amistades con valores parecidos; la coincidencia en ideas y creencias es un imán que sucede en automático, no haces reflexiones profundas al respecto de una amistad, sino que te sientes atraída por la amistad de una persona porque coincide en esas ideas.

A veces tienes amistades que son analíticas y tienen la capacidad de expresar emociones y pensamientos, sientes que tienen razón en sus planteamientos, aunque parezcan opuestos a los tuyos. Las personas que eligen amistades así sienten que no habían podido decir lo que pensaban hasta que encontraron las palabras en otra persona.

Por supuesto, también tenemos amigos que nos duelen, que sus creencias nos atraviesan y nos hacen saltar, porque parecen ser contrarios a tu lógica, a tu idea acerca del bien y el mal. A veces continúas con ciertos intercambios sociales con estas personas por otras cualidades y metas en las que coinciden. Sabes respetar y te sientes respetado pese a las diferencias.

Las amistades nos mueven a visualizar metas, a compartir momentos con otras personas afines. Las personas nos sentimos potencializadas cuando estamos en grupo, florece la sensación de hacer sinergia para lograr cualquier objetivo, y este pensamiento es el motor para cambiar actitudes, para desarrollar habilidades, por eso se materializa como una realidad.

Pero, así como hay personas que nos hacen crecer, hay otras que nos estancan, que nos duelen; es ahí en donde el reto es poner límites, aprender a distanciarnos, a decir que no, a alejarnos.