Acciones para un plan de alimentación a plena conciencia
Autoconfianza: La mayoría de las personas tiene la capacidad de tomar las riendas de su alimentación y, por lo tanto, puede hacer los cambios necesarios para aplicar un régimen nutricional saludable dentro de su dieta. Las personas que logran un verdadero cambio en su salud y físico, no es porque tengan super poderes, son individuos iguales que los demás, la única diferencia es que decidieron hacer un cambio y trabajaron fuertemente para lograrlo.
Responsabilidad: Es verdad que, la familia o amigos podrían ayudar de forma importante a la persona que se va a someter a un programa de nutrición; sin embargo, la única persona responsable de esto es quien lo va a realizar. Hay que evitar las frases frecuentes como “es que compraron pizza y se me antojo” o “mis hermanos tienen la culpa porque saben que estoy a “dieta” y, aun así, siguen comprando refresco”. Las únicas personas que podrían utilizar esta justificación son aquellas que son completamente dependientes de las personas que les dan comida, como los niños, donde los padres sí son responsables de lo que les dan a sus hijos o personas de la tercera edad, que ya no pueden preparase sus alimentos.
Aplicar el plan al 100%: Cada persona es diferente y sus necesidades nutricionales también lo son. Si bien, todos los planes de alimentación se diseñan con base a cálculos ya establecidos, no hay que olvidar que todo ser individuo es distinto a los demás y su cuerpo podría reaccionar de forma diferente a lo que se puede esperar. Para saber cuál es el impacto del régimen nutricional en la persona, es importante que se lleve a cabo al 100%. Si la persona, medio siguió el plan de alimentación o sólo algunos días lo pudo hacer, o se tomó fines de semana libres en alimentos, la realidad es que nunca se podrá saber si el plan diseñado puede o no tener un efecto benéfico en la persona.
Plena confianza en su profesional de nutrición: Para que el especialista en nutrición pueda saber qué es lo mejor para la persona, esta debe de confiar y contar la verdad sobre su alimentación. Esto es indispensable, tanto en el momento de la valoración (cuando el/la nutriólogo/a pregunta sobre sus hábitos, lo que come, lo que ingiere con mayor frecuencia, etc.), como en el seguimiento (cuando se le pregunta si llevo a cabo, al pie de la letra, el plan de alimentación). También aplica, cuando el paciente tiene dudas durante el desarrollo del programa nutricional. Es mejor ponerse en contacto con su nutriólogo/a y no arriesgarse a consumir algo que no debe ser integrado en la dieta. La confianza es indispensable para que el/la nutriólogo/a pueda generar y dar continuidad, de forma correcta, al régimen ofrecido.
Permanencia: Hay que tomar conciencia de que llevar a cabo un plan de alimentación, no es algo de unos días o semanas. Para lograr resultados óptimos y permanentes, se debe dar un seguimiento mucho más largo. El promedio es de 6 meses, sin embargo, el tiempo específico dependerá de cada persona y del objetivo que se haya trazado.
Toma en cuenta que, para recibir un apoyo o asesoría nutricional, no es necesario tener sobrepeso, obesidad, desnutrición o alguna enfermedad. La alimentación es algo que acompaña al ser humano, al menos tres veces al día, durante toda su vida. Cuidar de ella, es algo que les compete a todos, pequeños y grandes, de cualquier género o preferencia.