
Alimentación solidaria con la naturaleza
Una de las principales preocupaciones de la sociedad, relacionadas con la alimentación, está en la búsqueda de mantener una buena nutrición, esto con la finalidad de cubrir con diversos objetivos, como:
• Mantener una figura estética
• Contar con una buena salud
• Controlar determinadas enfermedades a través de la alimentación, etc.
Todos estos objetivos están enfocados en beneficiar a las personas, de forma directa; sin embargo, es muy poco frecuente que se analicen los múltiples beneficios que una alimentación saludable puede generar al medio ambiente, lo que de forma indirecta también impacta en la salud del ser humano.
Una de las corrientes relacionadas con la alimentación, que ha logrado tener un mayor auge en los últimos años, es la comida vegetariana y vegana. Dentro de sus bases fundamentales, se describen teorías sobre el efecto nocivo de los alimentos de origen animal en la salud humana. Muchas de estas teorías aún se encuentran en estudio para su aprobación; sin embargo, la teoría de que este tipo de alimentación puede tener un beneficio a la naturaleza, ya se encuentra fundamentada. Se ha logrado demostrar que la sobreproducción de carnes, tanto rojas como blancas, dentro de la industria alimentaria, puede generar un efecto negativo en el medio ambiente.
Existen diversas investigaciones, donde se muestra cómo el modelo de alimentación occidental, el cual está basado en un consumo importante de alimentos de origen animal, es insostenible, ya que, para lograr cubrir el requerimiento total de toda la población mundial, aunado a la demanda por parte de la población que ingiere cantidades por arriba de sus necesidades nutricionales, simplemente no pueden cubrirse.
Por un lado, se puede observar cómo para obtener 1kg de alimento de origen animal, se utilizan, en promedio, entre 10 y 20 kg de proteína vegetal, cuya fuente principal es el trigo o maíz, el cual podría ser un alimento del que se beneficiaría la población que no cuenta con los recursos necesarios para adquirir alimentos de origen animal, los cuales corresponden a una tercera parte de la población total en el mundo.
Por otro lado, la sobreproducción de carne conlleva un desgaste de recursos como el agua potable, la fertilidad de la tierra y la creciente deforestación. La producción de 293 kg de toneladas de carne al año corresponde a un consumo anual de 90 kg de carne per cápita (250 gr de carne diarios por persona), en países desarrollados. Todo esto genera la mayor fuente de gases responsables del efecto invernadero, por la producción de metano y óxido nitroso, lo que contamina de forma importante al aire y el agua en nuestro planeta.
La agricultura, también tiene efectos negativos en nuestro medio ambiente, ya que la sobreproducción, tanto de alimento para ganado, como para cubrir la demanda de vegetales para la humanidad, trae consigo la utilización del 37% de la superficie de tierras de labranza en el mundo. Esto genera la contaminación de agua por nitratos, fosfatos y plaguicidas. El uso de fertilizantes minerales produce el 16% de gases contaminantes en el ambiente.
Toda esta sobreproducción de alimento para cubrir las exigencias de la población en el mundo, está terminando con la biodiversidad en nuestro planeta.
Si aterrizamos todo este conocimiento, sobre la forma en la que debemos de alimentarnos, podemos determinar que una alimentación equilibrada, baja en alimentos de origen animal (1 o 2 veces por semana), rica en vegetales (todos los días, en desayuno, comida y cena, sin sobrepasar el requerimiento), además de adecuada y suficiente, en el consumo del resto de grupos de alimentos (lácteos, leguminosas, oleaginosas y grasas), ayudará a mantener una buena salud y tendrá un impacto muy importante en el medio ambiente.
Pensemos en nuestro mundo, al momento de alimentarnos, y tomemos conciencia de cómo una decisión al momento de planear la comida del día, puede afectar o beneficiar a nuestro único hogar, llamado tierra.